¿Sabes cuando
alguien que viene de un sitio, te cuenta con detalle donde merece
la pena ir y donde no, para que te benficies de sus consejos? Pues me me
había leido hace tiempo esos apuntes, y pensaba tenerlos en mente..Por supuesto me
equivocaba , si no me hubiera acordado de que ponía en caracteres
cubitales: Vete a Salta y ni te acerques a San Salvador de Jujuy.
Re-felices de
dejar el calor sobre-humano de Corrientes, en este punto empezamos
una parte del viaje un poco absurda, no se si por torpeza o mala
suerte, pero en diez días hemos cruzado 3 fronteras...sin quererlo,
viajado unos 5000 km pegados al asiento de un autobús, yendo para lante y para atrás por el mismo camino,
viendo lo que no había que ver y perdiéndonos el resto.
Primera etapa: San
Salvador de Jujuy...
Queremos creer que acabamos aquí porque es un sitio estrategico para
conocer el norte de Argentina; seguro no fue por lo bonito del hostal, uno de esos, donde intentas tocar menos superficie posible para no salir con alguna enfermedad venerea.
Luego fuimos subiendo hacia Bolivia hasta Purmamarca, primer poblado de la quebrada, con su cerro
de los siete colores y hasta arriba de mochilleros.
De aquí en adelante 1000...2000...3000....4000 metros de altura, hasta las Salinas Grandes. Hasta el momento el mal de altura aún no se ha hecho sentir, tal vez por las hojas de coca que masticamos por consejo de Judith y Elena: sabor a paja, asquerosas.
A Jesús le gustan...¡Este con tal de comer!
Desde Salinas de vuelta a Purmamarca y a San Salvador de Jujuy, para luego volver a Purmamarca y seguir hacía la Quiaca...¿Entendeis lo de pa lante y pa atrás?
En Purmamarca hemos estado tres veces...
Llegamos al paso fronterizo de la Quiaca, a las 3 de la mañana, y en lugar de irnos directamente para la aduana, dijimos: ¡Venga, vamos a acostarnos un ratito!
Ese ratito acostados, nos costó SIETE horas de cola para cruzar la frontera.
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