martes, 27 de septiembre de 2011

KOMODO & RINCA, INDONESIA: Dragones sin masmorras


22 de Septiembre 2011


Creo que todo el mundo que viene a Indonesia luego tiene su propia historia que contar sobre los Geckos, esas lagartijas tan tranquilas, que pegan gritos prehistóricos.
Fer e Rosario, son dos chicas con las que fuimos juntos a visitar el parque de las islas de Komodo y Rinca. Su historia también es bastante divertida, y más aún si le añade el toque argentino.
A ellas también les pillo desprevenidas, tanta potencia en tan poca cosa. Bueno su gecko era de los que habían comido dieta proteica y que ya tenía tamaño notable.
Cuando escucharon por primera vez ese famoso sonido, sin conocer el origen, se fueron directamente a pedir socorro a la chica de la recepción del hostal en la que estaban. La señorita con andar subidito, y pensando seguramente: “hayyyy, estas guiris”, después de ver el tamaño de la criatura, pego otro grito y se fue corriendo a buscar refuerzos. En ese momento Rosario, recogió todo su valor y decidió enfrentarse a la bestia, apuntandole con la linterna, con mirada firme - lastima que no tenga foto de su cara mientras me reproponía esa mirada. El valor se fue en breve, pero finalmente llegó la infantería a rescatarles.



Los “Dragones” del titular no son los geckos de esta historia sino los Dragones de Komodo, los varanos que han hecho famosas estas dos islas de Indonesia. Hemos estados dos días haciendo senderismo para encontrarlos..tampoco es muy difícil, ya que en cuanto llegas al parque, te esperan a lado de la cafetería de la entrada como mascotas atraídas por el menú, pero bueno, encontrárselos por la sabana de Komodo es más emocionante.






Para los que no están muy puestos en ciencias animales, un Dragón de Komodo es lo que viene a ser un gecko pero de 3 metros de largo. En principio sería venenoso, pero no he visto ninguno que demostrara tanto interés y energía como para pegar un bocado a una persona. Vamos, que son un poco flojos.










Entre los paseos por Rinca y Komodo no ha faltado tiempo para echarnos un baño en playas de arena blanca y hacer un poco de snorkeling, de hecho, el tour preveia una parada en “manta point” para ver las mantas. Me pase todo el día previo contando a Rosario y Fernanda sobre lo increíble que había sido la experiencia, que había ido ya dos veces, que las mantas se veían hasta desde el barco, que seguro que las iban a ver desde muy cerca...

Llegados allí, no había ninguna, ni la sombra...

Me sentí un poco mal, pero por suerte encontramos la distracción en el “TUTI FRUTI”, osea la versión argentina de “NOMBRES COLORES Y CIUDAD” (traducción desde el italiano) donde sacas una letra y luego tienes que buscar palabras que empiezan por esa...
Perdí clamorosamente, no obstante mi intentos de hacer pasar palabras italianas o inventadas, por supuestas nuevas adquisiciones al castellano.





La verdad es que nos hemos echado unas buenisimas risas, y una vez más en este viaje, el momento de las despedidas ha sido muy melancólico, como todas esas veces en las que te encuentras con personas con las que la química resulta tan buena, y si le añades que uno coge otro barco y otro se queda en tierra agitando el pañuelo blanco, ya es como de peli.

Para Fer y Ro, ha sido un placer conoceros, nos vemos en Buenos Aires.

sábado, 24 de septiembre de 2011

LABUANBAJO, FLORES, INDONESIA: Vacas y Mantas


En Labuanbajo he quedado con Laura, la chica australiana que conocí en Alor.
Laura lleva casi tres años viviendo en Flores, colaborando con la gente de aquí, en un proyecto de conservación ambiental y durante este tiempo, ha tenido: malaria, dengue, tifo y por ultimo una enfermedad tropical que se llama “chicken cugna”, que ataca las articulaciones y de la que tardó casi seis meses en recuperarse, pero, stoica, sigue allí al pie del cañon. Es mi idolo.

El pueblo donde vive ella se encuentra en la montaña, pero los fines de semanas siempre viene a Labuanbajo para saborear un poco de civilización y para ir a bucear. Hemos quedado en un garito, con nombre cursi “Paradise bar” donde se suele ir a ver la puesta del sol.



Una pequeña anecdota sobre Labuanbajo. En estos dias los turistas de aquí estan revolucionados, intentando encontrar una forma alternativa para dejar la isla.
Han tenido que cerrar el aeropuerto porque un avión ha chocado con tres vacas mientras estaba aterrizando...Afortunadamente no ha habido heridos..a parte las vacas claro.
Tuvo que venir la policía desde Jackarta para intentar entender que hacían las vacas en la pista de aterrizaje.

...

Ya estoy listo para ir a ver lo que hay debajo del agua. Espero que sea la buena vez en que consiga encontrarme de cerca con uno de los animales más bonitos del planeta: La Manta.






















lunes, 19 de septiembre de 2011

FLORES, INDONESIA: “¡¿Ya está bien no?! Eah ya lo he dicho”


Desde que he vuelto a Flores desde Lembata, me parece que nunca me he bajado del bus.

Primer día: Lamalera – Lewoleba – Larantuka – Maumere: 8 horas

Hasta aquí seguía aún con Sara y Olivier. Le deje en la habitación que compartiamos, por la mañana temprano para ir a coger el enesimo bus.
Había puesto el despertador a las 6, pero probablemente alguien durante la noche me llamo al móvil y pensé que ya era hora de levantarse. Me preparé, cerré la maleta, me despedí de los chicos y dormido me fui hacia la calle. Después de un rato andando empecé a darme cuenta de que era demasiado oscuro para ser la hora del amanecer...era medianoche. Así que no tuve otro remedio que volver a dormir al hostal. Quizás si Sara y Olivier se dieron cuenta.

Segundo día: Maumere – Ende – Bajawa: 10 horas

En principio tenían que ser 8 horas, pero estuvimos parados dos horitas en la carretera con el bus estropeado. Mas a gusto...

Tercer día: Bajawa

Lo mejor para mis nervios y para mis tobillos, ha sido parar un día en Bajawa, un pueblo fresquito en la montaña cerca de un volcán y donde se pueden visitar unos pueblecitos tradicionales como el de Bena, y donde sobretodo hay unas fantásticas aguas termales, perfectas para despues de dos días de bus.







Por la noche me fui a mi habitación – creo que debería empezar a coleccionar fotos de todos los antros en que he dormido – y me quede encerrado. Los del hostal de la muerte, tuvieron que romper la puerta y luego tuve que dormir con la puerta abierta, total no iban a poder entrar más bichos de los que había ya en el cuarto, ya no cabían más.

Cuarto día: Bajawa – Ruteng – Labuanbajo: 12 horas.

De los 3 días de desplazamiento esto ha sido sin duda el más memorable. Por supuesto hay que añadir el par de horitas paratos en la carretera esperando que arreglaran el bus estropeado. En este caso, una pieza indefinida había decidido desprenderse del vehículo y echarse al barranco. Entiendo que tenía que ser una pieza importante ya que estuvimos parados bastante tiempo y que tuvieron que desmontar los asientos del conductor y copiloto para trabajar encima del motor y que había veinte personas allí opinando y uno solo ensuciándose las manos.
Luego discutí con el hombre que iba sentado detrás de mi, que no entendía que me pudiera molestar que el pusiera sus pies sucios encima de donde se suponía que iba a apoyar mi cabeza.
Luego el de a lado se echo a dormir encima mía, con su cabeza en mi hombro y yo pendiente de que ningun liquido bocal se añadiera al diseño de mi camiseta.
Y finalmente cuando ya no podía mas y íbamos ya por las diez horas de camino, a otro hombre le dio por llamar a su hermano por móvil para que me conociera. Ni siquiera fuera Belen Esteban y en indonesiano por supuesto.
“¡¿Ya está bien no?! Eah ya lo he dicho”

Finalmente llegamos a Labuanbajo, de donde no pienso moverme por unos días. Son las 10 de la tarde, osea como noche profunda por los horarios indonesianos.
Busco un lugar donde dormir y lo encuentro en el “Matahari Hotel”(traducción: El Hotel del sol).
Dudo que se pudiera ver el sol desde el sótano en el que tenía habitación.
El cuarto destaca por ausencia de ventanas, colchón en el suelo, sabanas amarillentas, telarañas, colonias debajo del almohada.
Me deshago de las almohadas, coloco mi sabana, luego el saco de dormir, luego me ducho – evito la descripción del baño – y me voy a cenar.

Foto sin comentarios del restaurante:




A las 11.30 vuelvo a la habitación del pánico.
Hubiera podido aguantar lo de las cucarachas haciendo botellón debajo de mi maleta, pero lo de la rata más grande que yo en el baño, fue bastante para que volviera a empaquetar mis cosas y me fuera a otro hotel.
Cuando devolví las llaves al dueño me vio con una cara que ni se atrevió a pedirme dinero por el tiempo en que había estado.

A esa hora de la noche solo estaba yo por las calles de Labuanbajo. Tarde un rato en encontrar otro hotel, uno que pudiera pasar una inspección sanitaria en regla, pero luego dormí como un niño pequeño.

Cuando me levanté la vista fue un agradable descubrimiento, próxima etapa el parque de Komodo.



viernes, 16 de septiembre de 2011

LAMALERA, LEMBATA, INDONESIA: “llamateme Ismael”




Después de muchas horas de bus, de ferry, de moto y de camión, he llegado en el pueblo pesquero de Lamalera, un conjunto de casitas de madera una a lado de otra a lo largo de una pequeña bahia respaldada por la montaña.
Especialmente las ultimas cuatros horas desde Lebolewa, han sido mortales. Entre la carretera polvorienta y la música del camión al nivel de los decibelios de Barajas, me han hecho replantearme más de una vez el porque vine hasta aquí.

Lemalera está tan alejada del mundo, que la Telefonica de aquí, se ha olvidado pasar a visitarles, tienen electricidad solo después de las 6 de la tarde y ¿Internet? Pues, claramente sobreviven sin.





Este pueblo tiene una fama peculiar; como las condiciones de sobrevivencia no son de lo más fácil, para que la comunidad pueda alimentarse y tenga mercancía de intercambio para los mercados de los pueblos alrededores, el gobierno les deja cazar Ballenas.
Si te das un paseo por la playa, l'experiencia resulta muy agradable entre huesos, carcasas en descomposición, piezas dejadas a secarse y un fabuloso olor a sangre podrida.




Las personas que me conocen de cerca, saben que le tengo un cariño especial a este animal, y pueden imaginar mi interdicción en venir a visitar este lugar, pero al final la curiosidad ganó sobre los principios y aquí estoy intentando entenderlo.

...

En el pueblo hay sólo cuatro turistas: un Ingles (Pete), un Francés (Olivier), una Española (Sara) y un Italiano (yo) - a ver quien va a ser el del chiste. Los cuatro nos hemos levantado esta mañana y nos hemos subido al barco de Stephanus, un jefecillo del pueblo para ir a pescar, supuestamente alguna manta o algún delfín.

En el barco estábamos en ocho: los cuatro del chiste, Stephnaus a popa conduciendo, su ayudante, otro con un cubo vaciando el barco para que no se hundiera y Jeffri a proa, vigilando el mar con un arpón a lado.

Desde las siete de la mañana, hasta el medio día presenciamos diferentes momentos de excitación general, a raíz de avistamientos que finalmente no se habían concretado en ningún botín.





Pensábamos que la jornada estaba llegando a termino cuando de repente escuchamos gritar: “Paus Ikan”.

Tardamos un rato en entender que estaba pasando; en ese momento de nervios generales, no había mucho tiempo para las traducciones básicas desde el Indonesiano al Ingles. Rápidamente el barco dio la vuelta, y estábamos volviendo a Lamalera.

“Ikan Paus ” significa “Pez Padre”.
Había una ballena y a los del barco se les había encendido una luz en los ojos.
Y los del chiste pensando:“¿Y entonces porque volvemos?
Estábamos volviendo a pedir refuerzos.

Stephanus se fue costeando la bahía gritando desde el barco “baleo, baleo” para avisar a todo el mundo del avistamiento. En un máximo de 15 minutos, desde Lamalera salieron 20 barcos, con todo el pueblo metido a bordo. Hasta las abuelas con el almuerzo.





Cada barco iba en pareja, arrastrando uno a otro por una cuerda. La táctica consistía en que el barco que llevaba motor tomaba velocidad hasta la ballena y luego viraba, lanzando el otro barco sin motor hacia adelante para que pudiera acercarse sin ruido. Supusimos tambien que el gobierno impida cazar con barcos a motor y de esta forma: “hecha la ley, hecho el engaño”.

La caza duró muchas horas, los barcos se acercaban, pero justo en el momento crucial, la ballena – era un cachalote de unos 15 metros según Stephanus – desaparecía debajo del agua volviendo a aflorar a los veinte minutos alejada varios centenares de metros entre los gritos de la gente. Los veinte barcos se habían distribuido en una área bastante amplia justo para poderse encontrar cerca de la siguiente aparición en superficie.







Después de varios tentativos en los que nunca nisiquiera llegaron a arañarla, la ballena con un movimiento ligero, nos saludó con la cola y se sumergió por ultima vez.



Estaba a salvo. Mi conciencia mas o menos limpia, mis piernas quemadas por el sol y todo el mundo con mirada de derrota.

Mañana es domingo, no se pesca y todo el mundo estará en la iglesia.

Estas fotos las hizo Olivier, el francés así que solo por eso, se libra para ser el del chiste, quedamos los otros tres...



APUNTES:
Para ir a Lamalera:

Desde Larantuka en la isla de Flores, salen barcos hacia Lebolewa ciudad principal de la isla de Lembata. Hay dos tipos de barcos, el de 4 horas que sale a las 8, 12 y creo 16 (30K rupias), y luego hay otro que tarda 1,5 horas ( 75K rupias) cuyo horario es un poco más complicado de averiguar, también porque muchos te dicen que no hay para que vayas con el barco de 4 horas.
Yo lo pillé a la vuelta (sale a las 8 desde Lebolewa) entiendo que en cuanto llegue a Larantuka,vuelva a irse a Lebolewa, osea hacia las 10.

Llegados a Lebolewa al puerto, hay que pillar una moto (10K rupias) hacia el terminal de buses.
Desde aquí salen los camiones hacia Lamalera. Yo lo pille hacia las 13, cuesta 25K rupias y tarda unas 3 o 4 horas dependiendo de la gente que haya.

El Camión : Puedes elegir de que muerte morir.
Estos camiones están abiertos por detrás y tu vas sentado en los lados con la mercancía en el medio. La mercancía puede incluir, cabras, cochinillos y gallinas. Te puedes sentar mas cerca de la cabina del conductor y en ese caso es mejor llevarse tapones para los oídos, (la música está a todo volumen para avisar la gente cuando el camión pasa por los pueblos y el subwoofer te hace temblar los intestinos) o sentarse a la extremidad opuesta y comerse todo el polvo del camino :) he probado los dos, no sabría cual es mejor opción.

En Lemalera, estuve durmiendo en El homestay de Abel, 65K rupias (unos 5 euros) con vista al mar (solo las habitaciones de la segunda planta), incluyendo desayuno, comida y cena. Los dueños parecen no tener don de palabra, pero no obstante es buena opción. Hay ratoncitos.

Para ir a pescar hay que acercarse a la playa y preguntar ( lo hicimos con Stephanus, es una persona con mucha experiencia. Por el tema de las ballenas, pensar que siempre se empieza con salir al mar con un barco (100K rupias) y si hay avistamientos, vuelven a por refuerzos y es cuando de verdad empieza la caza.

Para salir de Lamalera, hay buses a las 3 de la mañana a las 5 y creo también por la tarde. Para llegar a tiempo para coger el barco de las 8 hacia Larantuka, hay que salir a las 3 de la madrugada.

Notar que el domingo no hay buses..me quedé atrapado. Recordad que no hay red telefónica, y luz solo después de las 18.

Merece mucho la pena.