viernes, 30 de diciembre de 2011

SYDNEY, NSW, AUSTRALIA: ¡Ya soy fan!


20 de Diciembre


Lo bonito de viajar no solo es hacer nuevos amigos sino a veces volver a acercarte a personas especiales con las que en el pasado has vivido momentos muy intensos. Toda esta reflexión para decir que estoy en Sydney como un pacha bajo la custodia de Isa y Carlos que como los mejores anfitriones que uno puede desear, me tienen organizada una agenda apretadisima para que me enamore de esta ciudad.






No creo que vaya a ser dificil, y no es que digo que sea una gacelilla, pero es que ya solo llegar al puerto y ver el edificio emblematico del Opera House te deja sin palabras y aun mas si llegas con el barquito de los Vazquez-Delacave y te paras delante para buscar la mejor prospectiva para la foto. Espectacular.





 



 
De todas las ciudades que he podido conocer, Sydney me parece la donde más estrecha se vive la relación del hombre con el mar; Uno podría decir: ¿Y Venezia? Pero es que casi ya no vive nadie en Venezia, a parte los turistas. Todo el mundo se escapa en cuanto aparquen la góndola o cierren el restaurante.
En Sydney la gente vive y duisfruta de la bahia, pasando todo el rato de un lado a otro de los canales con ferry-bus o barco proprio, y quien puede, tiene un chealetito en la orilla con su barquito aparcado delante, o, si se lo pueden permitr, hasta con hidroavión.


  





Notad el hidroavión...
Me he apuntado a todo los planes para sentirme un ciudadano más de esta metropoli, desde correr por por la orilla de la bahía, a las carreras en bici de bajo de los rascacielos, a los paseos en ferry para disfrutar del aire fresco y de la buena vista.







No cuesta mucho volverse fan de esta ciudad, y aun no he visto los fuegos artificiales de fin de año...

En unos días ya llegará Jesús, como el efecto sea el mismo, ya nos estamos mudando a lado de los Vazquez-Delacave.






NUEVA ZELANDA: Hasta pronto..Verde


15 de Diciembre 


Me voy a despedir de este pais pero no sin haber cumplido con la misión de encontrarme por el camino a ese bicho raro mezcla entre pajaro y perro caniche: el Kiwi.

Para eso tuve que irme hasta Stewart Island, un islote en el extremo sur de la Isla Sur de Nueva Zelanda



Como no me vaya a Antartida, probablemente ya no hay otros sitios, mas lejos de Europa que acá; Tanto camino para ver un pajaro jajaj. Pues no es que quiera justificarme, pero había uno cuantos que habían venido aquí para lo mismo...

Por la noche, nos subimos a un barco; con capa de agua, antorcha y mucho frío y navegamos hacia una bahia para luego empezar a andar por la foresta en busqueda de un Kiwi.






Allí estaba esperándonos, simpatico en su torpeza... y como no, con lo que pagamos.
De hecho como tardamos un buen rato antes de ver uno - ¡vimos dos, no os creais que hubiese manadas! - creo que el guia estaba listo para sacar uno de escayola, por si acaso. Hombre, por la foto, podría ser un cualquier pollo, pero garantizo.

Bueno ha llegado el momento irme, ya está bien de tanto verde, y de tantas ovejas, voy a dejar este pais con su naturaleza increible y sus personas tan amigables y vuelvo al caos urbano de una ciudad, la de Sydney que aún no conozco y donde me esperan Carlos y Isabelle para una aventura totalmente diferente. 


APUNTES
Si soy sincero después de Stewart Island fui a ver uno cuantos bichos más, pero lo del Kiwi quedaba bien como despedida. 

Pero para los amantes de la naturaleza hay un pueblecito que se llama Moeraki en la costa este de la isla Sur donde se puede llegar a ver muy de cerca los yellow eyed penguins y sin pagar. Hay que entrar en el pueblo y llegar hacia el faro por la Lightouse Road; desde allí empezar a andar por detrás del faro hasta la punta de la península, hacia el atardecer cuando los pengüinos vuelven desde el mar. Hay que tener cuidado con los leones marinos que están tirados en la hierba, por que si mientras andas de repente te encuentras con uno y le asustas, nunca sabes como puede reaccionar y tiene buenos dientes.














viernes, 23 de diciembre de 2011

HACIA FIORDLAND, NUEVA ZELANDA: Feliz Navidad


En principio este post debería empezar a contar historias alrededor del 5 de Diciembre, pero teniendo en cuenta que hoy es Navidad, y que he ya dejado Nueva Zelanda de vuelta a Australia, creo que tengo que acelerar un poco y ponernos al día.
...Otro efecto de la crisis..uno reduce el budget, deja el hostal para dormir en un coche, luego no tienes electricidad para cargar el ordenador y el móvil, y como consequencia acabas sin poder escribir el blog..total 20 dias de retraso y ya es Navidad y estoy en Sydney. Pfff.

Así que antes de volver atras, deseo feliz Navidad a todo el mundo, de mi parte y de Lauren, que he vuelto a encontrarme por el camino.


Antes de de que me vaya de Nueva Zelanda, tengo que hacer una declaración, y es que los Kiwis no pueden ser más buena gente.
Me acuerdo de cuando llegué a España y que me chocaba que todo el mundo con el que te cruzaras, te preguntase que ¿Qtal?, Bien, ¿Qtal? Bien gracias. Pero eso era una formalidad, en el sentido que la gente no se espera de verdad de que le cuentes tu vida...pues en Nueva Zelanda ¡SI!
La gente te pregunta “What's up bro?” o “How're you doin' mate” y luego te mira y espera a que le cuentes..Imaginad cuando uno llega a la oficina por la mañana y antes de poderse sentar en la mesa de trabajo ha tenido que escuchar, las historias de todo el mundo...hay tengo el gato con gastroenteritis (esta sería la versión neozelandesa de Javi). A los Kiwi le gusta compartir y me gustan por esto, de hecho estos son dos recorte de un periódico local, donde, veis que Garry y Meryn quieren compartir con todo el mundo que cuando ya habían perdido le esperanza, por fin su hija ha conseguido a alguien que se casara con ella, gracias a Dios.


Cerrada la paréntesis de análisis comportamental "kiwiesco", seguimos recorriendo la Isla sur de Nueva Zelanda, con Nikhil, y con Joao que después de haber patrocinado los bocadillos de Abel Tasman ya se subio al coche como copiloto oficial.


Un viaje muy agradable entre paisajes especiales, que nos llevo a una reflexion, que todas la veces tuvieramos pensado quejarnos de algo, siempre nos acordaramos de Paco, el guardia del Fox Galcier allí las 24 horas sin fruncir ceño...







La tierra de los fiordos fue tal cual uno se la esperaba después de tanto haber escuchado de estos lugares: paisajes de montaña que afloran e su majestuosidad desde el mar, una maravilla. Y finalmente una etapa muy emotiva, por despedirme de mis dos compañeros de viaje, pero no antes de cumplir con la mision de hacer probar a Nikhil el jamon por primera vez en su vida...




  




Justo antes de despedirnos nos dió por un ultimo trekking hacia the "Key Summit" en el Route Burn track..Sigo pensando que Nikhil en otra vida tenía que haber sido Sherpa, por que si no tanta energía no tiene explicación.






Mavora lakes