BUENOS AIRES, ARGENTINA: Rencuentros Re-lindos

14 de Enero 2012

Fue bajarme del avión y volverme a la cabeza, los recuerdos de cuando estuve aquí con Elena, Lee y Sophie hace ya tiempo...esta vez hay nuevos compañeros pero la emoción es la misma.

Nos esperan unos rencuentros especiales, con Ros y Fer, las “Chascominas”, después de nuestras aventuras por Komodo en Indonesia, y por parte de Jesús, con Dana, diecisiete años despues del kibutz en Israel.
Quedamos en una esquina entre calles del barrio de Palermo Soho abarrotado por ser sábado noche; típico momento de espera, de miradas entre la gente buscando caras conocidas y allí están, como si no hubiera pasado ni un día desde la ultima vez que nos vimos, tres anfitrionas de "re-lujo" para perderse por las calles de esta ciudad magica. 

Está también Bibi, desde Bulgaria, nuestra compañera de habitación en el hostal;  No he visto una persona que charle más en mi vida, pero nos cae muy bien y acabamos los seis de paseo por las calles adoquinadas de San Telmo, llenas de gente por el mercadillo de antigüedades del domingo.

Desde San Telmo, al barrio de la Boca.

Todas las guias subrayan que aquí tienes que tener ojos bien abiertos (...italiano tenía que ser el barrio). Me acuerdo que cuando vine aquí por primera vez, acabé con Elena en un callejon donde un señor mayor, muy amablemente, nos dijo: “Chicos por allí no,  porque os matan...”  Que colorido este barrio, pensamos; pero esta vez ibamos bien escoltados, o por lo menos eso creiamos. Con Dana como guia, marcando el paso como porteña con carácter (de allí, lo de “malaje” cariñoso), pronto estuvo claro que su objetivo era acabar con nosotros. Golpe de gracia: parrillada argentina. 

Despues de esa comida, no había quien pudiera levantarse de la silla. No se como conseguimos arrastrar nuestros cuerpos hasta la casa Rosada, pero todos esos propositos istrionicos de asomarse a la terraza para intonar un “No llores por mi, Argentina”, cayeron al vacío, por la prisa de querer hundirse en los sofas fresquitos del hostal. Que buen día y que buena compañía.

Hicieron falta como diez horas de hibernación para poder digerir la parrillada, pero el dia después estabamos otra vez listos para la calle para seguir a Dana.

Ros y Fer, ya de vuelta a su casa, que placer fue volver a verlas, “Que no se corte” como se dice en “Chascomino”.

En Buenos Aires hace unos 40 grados..y lo de decir que estábamos listos para la calle, se vino abajo a los diez minutos de andar bajo el sol, pero cuando ves las fotos de tus a amigos a -XX grados en Valladolid, pues te lo replanteas y encuentras fuerza para seguir adelante. Ojala todo fuese todo tan difícil...:)

Se dice que los porteños son muy cultos y que BA sea de las ciudades al mundo con más librerías por ciudadano. Yo tengo mi teoría. El porteño, llega, se sienta en una terrazita, coloca su libro en la mesa, estudia el campo visual, se enciende un cigarrillo, se pide un vinito blanco o una cervecita, luego empieza a leer desde la pagina 1 (todo el mundo se queda atascado allí, no hacen falta marca paginas, el ritmo de lectura es de cinco cigarrillos por pagina) y a los dos minutos esta charlando con La de a lado. Así que hay que recordarse que en BA sin un libro no eres nadie...eah lo he dicho.

Si vienes a Buenos Aires, es obligatorio que visites el cementerio de la Recoleta para perderte en el laberinto de sus calles, entre estatuas, fachadas de marmol, sarcofagos abiertos y telarañas, buscando a los Duartes. Hasta te puedes traer el Libro...el mismo de siempre, el de la pagina 1, claro.

Me pregunto si con todo lo que hemos andado en estos 4 dias por Buenos Aires, hemos digerido la parrilada del otro día..en la duda, nos hemos comido otra, de despedida con Dana en la Dorita de Palermo...

Muchas gracias Dana por habernos enseñado Buenos Aires como solo una porteña sabría hacer. Por mi parte decirte que ha sido un placer conocerte, ya te echamos de menos, nos vemos a la vuelta para ese Tango.