domingo, 20 de noviembre de 2011

COROMANDEL PENINSULA, NUEVA ZELANDA: Giacomatas

10 Noviembre de 2011

He dejado a Cindy en Auckland y sigo solo para la Peninsula de Coromandel; playas y playas vírgenes rodeadas de selvas de Kauris, los arboles de los Maori.

Especialmente de una playa, Hot Water Beach, me acordaré para siempre, ojala por lo bonito, sino porque (y aqui vuelvo a pensar en todas las veces que me he reído de Susana) se me cayeron la llaves del coche en el arena en un momento de “me voy a tirar al suelo para disfrutar del plan chinche”.




Busqué en todo sitio, a punto de ponerme la mascara de buceo para ver si un ola se las había llevado al agua (en esos momentos de panico, el cerebro busca todo tipo de recurso, hasta los que están cerca de la sicencia ficción), cuando una parejita de daneses, las encontró ..Dios bendiga a Dinamarca.

A parte el percance, en esta playa se supone que si escavas en la orilla puedes encontrar agua caliente y disfrutar de tu propria piscina natural. Me quedé mirando si alguien tenía esa suerte...No muchos..


Pasé de una playa a otra por toda la costa este de Coromandel, claramente sin poterme bañar.. a ver quien entra en esa agua..pues hay gente.

Cathedral Cove




New Chum's Beach





Coromandel, se quedará como el lugar en el que he metido la pata tantas veces consecutivas en el tiempo más reducido.
Paré en Thames en la costa, con la intención de pasar la noche allí e ir el día siguiente a hacer el trekking de los “Pinnaculos”. Me fui al centro del pueblo donde había carteles de que no podías parar con carvanas (tampoco es que mi coche sea una caravana, pero lleva colchoneta y cortinas azules).
Era ya de noche, y no había nadie. Voy a parar para conectarme a internet en un spot wi-fi, y cuando voy a encender el coche para moverme de allí, la batería estaba agotada por haberme dejado las luces encendidas.Listo.
Pues esa noche dormí en la calle principal del pueblo...




Empeze el trekking de los Pinnaculos temprano por la mañana y tardé mas o menos unas 3 horas y medio para alcanzar la cima.













A la vuelta tuve un claro ejemplo de como a veces, podemos dejarnos poseer por el antagonismo nacionalista.
Eramos tres personas, un chico Israelí con nombre impronunciable, Simon un chico francés y yo.
La bajada desde la cima, fué como un desafió entre paises, nadie podía ni quería quedarse atrás. Tardamos solo una hora y medio en bajar, uno detrás de otro, los tres al borde de un ataque.
Llegamos juntos y el empate permitió conservar el orgullo patriotico de cada uno.
Nadie tocó el tema, basto la mirada.
Los tres tuvimos que pasar un buen rato con los pies a remojo buscando alivio en el agua helada.

Opoutere.









1 comentario:

  1. Tu como siempre haciendo de las tuyas.
    Te imaginas a mi madre pensando¨"Dios mio este chiquillo perdido en una playa donde Cristo perdio el mechero, y con las llaves enterradas en la arena", imagínate su sufrimeinto, Ja Ja Ja.
    Los paisajes son impresionantes, lo único que me preocupa es tu posible "depresión post-parto" cuando vuelvas a la cruda realidad.
    NO te creas que esas playas las vas a encontrar en Madrid. Ja Ja Ja
    Ya queda poco para tu reencuentro con Jesús me encantaría estar allí con vosotros.
    Un beso muy grande.

    LULU

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