TURQUOISE COAST, W.A., AUSTRALIA: Mi primera vez en Kombi

Nos hemos ido de turismo al norte de Perth, con la idea de encontrar un sitio donde poder bucear con los leones marinos, eso era el plan.

Nos metimos en carretera con la que fue la sorpresa que Dee tenia escondida: un kombi, una de esas furgoneta Wolkswagen, de la post guerra, como la de “Perdidos” para entenderse y equipada con todos los confort que uno puede desear, osea una cama y una cocina de campo.

 Las carretera del W.A. son las del imaginario colectivo sobre Australia, carreteras infinitas sin curvas algunas y con esas señales que invitan a tomar prudencia por la presencia de animales suicidas. 

  

Pero, no obstante los mas de 800 km que hemos recorrido por la west coast, (pensar que para un australiano, hacer 800 km, es como para un español hacer Madrid, Valladolid ) aún no he visto ni un Canguro o un Emu ...vivos claro.

¡Ah si! Un Emu lo hemos visto parado a lado de la carretera, nos paramos a tomar fotos, luego nos dimos cuenta que la criatura tenía las piernas partidas...200 metros más adelante estaba parado el coche mal afortunado que se lo había encontrado cruzando. Así que había que mantener ojos avispados.

La primera parada del camino fue en Lancelin. Aquí hay una dunas de arena blanquisimas donde la gente viene a hacer “Sand Boarding” y como aún no ha empezado la temporada turística, estabamos solos. La idea de saltarme el invierno para este largo viaje, ha fracasado un poco, aquí, en Octubre hace aún bastante rasca, sobretodo cuando tira el viento desde el Indico. Es que desde África hasta aquí no hay nada más que mar.

Lo bueno de un kombi es que puedes parar donde quieras, y montar tu propio chiringuito en un paraje paradisiaco. Teóricamente no debería ser tan fácil, porque solo se puede acampar en los campings, pero el W.A. es tan grande y hay tan poca gente, que si te encuentras un ranger, es que tienes muy mala suerte.

Por supuesto nosotros encontramos el ranger, en Billly Goat Bay, cerca de Jurien Bay pero probablemente ese día no tendría ganas de trabajar y paso de nosotros.

Dormirse con e sonido de las olas que rompen sobre la orilla y tener la Cruz del Sur toda para mi no tiene precio, pero si estas de acampada con un abogado criminal puede haber complicaciones.

En la historia de Australia están los prisioneros traídos aquí desde Inglaterra para limpiar las cárceles de la madre patria, tanto que no es difícil encontrarte a alguien que recuerde algún proprio descendiente entre esos primeros desembarcados.
¿Pero porque cuento eso?

No se si se puede relaccionar con la historia de este país, os es que la gente se aburre o es que hay mucho viento y uno se vuelve loco como en Tarifa...pero aquí ha habido bastante casos de Psycho Killers, al punto que hasta en al cine, es un tema bastante tratado; hay una peli que se llama Wolfcrick que acabaré viéndola, ya que mas de una persona me la ha comentado y donde los pobres guiris por supuestos acaban mal.

Así que por bonito que fuese el paraje, el pensar que no hubiese nadie más que la naturaleza y tu por bastantes kilómetros, acojonaba bastante y aún mas si le añades todos los relatos sobre juicios de asesinatos varios que tanto le gustan a Dee.

De todas formas las noches pasaron mas o menos tranquilas y lo más “peligrosos” que vivimos fue jugar con uno de esos lagartos característicos de Australia. La bestia se llevo bastante sustos, con todas las veces que le hicimos gestos para que sacara la famosa lengua azul que tiene. Pero aunque pueda resultar extraño para la fauna de este país, este no era venenoso.

Con la manía que teníamos de buscar cada día un lugar más apartado de los ojos de los rangers, llegamos a un sitio, donde conseguimos que el Kombi se quedara bloqueado en la arena.

Intentamos diferentes estrategias para sacarlo ( tal vez confié demasiado en Dee que deciá que tenia experiencia con la neve en Canada...) pero más seguíamos y mas conseguiamos hundirlo.

Tuve que ir a pedir ayuda a pié, y me encontré con esta hermosa familia autóctona.

Mujer y Marido, hijo y hija, lo cuatros talla XXL, pescando en la orilla del mar. Una caña cada uno.

Media hora para explicarme, y media hora para decifrar su acento, algo que sonaba así “yeahueawwoouruaauu oaaou Kombi”.

Por supuesto su ayuda no fue suficiente para deshundir el kombi y tuvimos que contar con la aportación de otros dos señores también, pero al final resucitamos el kombi.

Es increíble lo que llevan consigo en sus coches la gente de aquí. Ya no me extraña el hecho que el lugar más concurrido del pueblo es siempre una ferretería..donde de todas formas venden también hamburguesas.

El día que desenterramos el Kombi fue también el día en que supuestamente teníamos que ir a nadar con los leones marinos, si no hubiese sido por el hecho de que el barco se estropeo y cancelaron todas las salida..mala suerte.

Así que empezamos a volver hacia Perth

Pero nos quedaba un tema pendiente: el de los canguros. No podía ser que solo hubiese canguros acostados en la carreteras....alguno vivo tenía que haber.

Nos dijeron que estaban más activos temprano por la mañana y por la noche así que estuvimos buscándoles sin suerte por las dunas de kangaroo point al atardecer y persiguiendo sus pisadas en el desierto de los “Pinnacles” pero nada.

Después de una semana correteando por la costa, volvímos a la ciudad con muchos recuerdos y el buen gusto de haberlos compartido con una comapañera de viaje inolvidable.