Tambien a Ouro Preto
llegamos por la noche. Bajo la lluvia por la temporada que está
cambiando, la unica cosa de las que nos dimos cuenta fueron sus
cuestas con pendientes desporporcionadas, donde el taxi cada vez que
le daba al freno prometía dejarse llevar hasta el final del valle.
Aquí todo está empinado, hasta la escalera del hostal que lleva a
nuestro cuarto.
Cuando nos levantamos y nos asomamos a la terraza de la posada, nos encontramos con la esplanada de tejados de las casas de un pueblecito increiblemente bonito.
Cuando nos levantamos y nos asomamos a la terraza de la posada, nos encontramos con la esplanada de tejados de las casas de un pueblecito increiblemente bonito.
Ouro Preto, con su
arquitectura colonial de la temporada de cuando se extraia ora en la
zona, y con su enclave enttre las montañas, es diferente a cualquier
cosa que hayamos visto hasta ahora aquí en Brasil y una sopresa en
nuestro camino de vuelta a Rio.
...Y esas frijoles con torreznos...
...Y esas frijoles con torreznos...
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